Señor presidente de la República, doctor Iván Duque Márquez, señor expresidente de la República, doctor César Gaviria Trujillo, señores embajadores jefes de misiones diplomáticas acreditadas en Colombia; presidente de la Corte Constitucional, doctor Alberto Rojas, presidente del Consejo de Estado doctor Álvaro Namén Vargas, presidente de la Cámara de Representante, Carlos Alberto Chaux, presidenta de la Jurisdicción Especial para la Paz, Patricia Linares, estimado presidente de la Corte Suprema de Justicia, doctor José Francisco Acuña y todos los miembros de la honorable Corte Suprema de Justicia que hoy honran este escenario, Ministros y funcionarios del Gobierno Nacional, organismos de control, altos mandos militares y de la Policía Nacional, Presidentes y Directores de los diferentes partidos, los congresistas que nos acompañan, todos los magistrados de las Altas Cortes, Exfiscales generales de la Nación, rectores de las diferentes universidades presentes el día de hoy, medios de comunicación, mi familia, Walfa, mi hija Sofía, mis padres y mis hermanos que se encuentran presentes el día de hoy.
Con una inmensa responsabilidad asumo el cargo de Fiscal General de la Nación, lo asumo como un desafío no sólo por ser el Fiscal General más joven de la historia del país, sino por haber sido elegido por unanimidad por la Corte Suprema de Justicia y por ser el único Fiscal General de la Nación que antes de ocupar esta honrosa dignidad ya había ejercido como fiscal especializado.
La elección realizada por la Corte Suprema de Justicia demuestra que se pueden lograr consensos en torno a la política criminal que este país requiere. Como Fiscal General de la nación quiero agradecerle al señor Presidente de la República, doctor Iván Duque Márquez por haber escogido mi nombre en la terna y a la honorable Corte Suprema de Justicia por la elección unánime. Su histórica decisión será honrada por mi idea de justicia e imparcialidad que tendré en la rama judicial durante los próximos cuatro años. Mi código de acción y de conducta será la aplicación de la ley y la constitución, no seré melifluo ni vacilaré ante la criminalidad, venga de donde venga.
El reto de la Fiscalía no sólo se encuentra en la dirección de más de 25,000 servidores públicos entre ellos 5000 fiscales que con idoneidad han laborado en entidad, sino en elevar a esta institución al lugar que le corresponde en este país. Es cierto que la Fiscalía ha vivido momentos complejos plagados de rupturas y discontinuidades, pero la llegada de una nueva generación en la justicia de nuestro país hace surgir la esperanza de cambio para millones de colombianos.
Los retos de esta Fiscalía, que es la Fiscalía de todos los colombianos se enfocarán en 9 ejes. El primero de ellos tiene que ver con la ampliación territorial de la Fiscalía en los territorios. En la actualidad existe una presencia de la entidad en 550 municipios, es necesario llegar a 200 municipios más, especialmente en territorios donde se desarrolla la reincorporación de los desmovilizados. Llegando a los territorios con justicia no sólo perseguiremos a las economías criminales, sino que protegeremos a la ciudadanía y al medio ambiente este país. No podemos dejar al garete a departamentos como Guainía, como Cauca, Vichada, Vaupés, Putumayo, Chocó y Amazonas, entre otros, olvidándolos perdemos nuestro derecho a la justicia en los próximos 50 años. El camino es difícil, pero enfocando la acción de la Fiscalía desde los territorios y no desde el búnker lo podremos lograr.
Un segundo punto será la lucha contra la corrupción. Colombia no se puede dar el lujo de ser un ápice en este punto. Recursos de la salud, del medio ambiente, de la educación y de la contratación pública serán una de las prioridades en mi administración. Un tercer aspecto implicará el fortalecimiento de las unidades contra las personas que violan los derechos fundamentales de nuestros niños, niñas y adolescentes, en especial contra los reclutadores y aquellos que usan y utilizan a nuestros menores. Perseguiré los delitos cometidos contra nuestros niños sin excepción alguna. Allí no habrá titubeos ni privilegios, lugares como el Catatumbo, el Bajo Cauca, sur de Córdoba y Bolívar o el sur de país serán monitoreados y visitados de forma permanente por el Fiscal General.
Un cuarto tópico tendrá que ver con la lucha contra la criminalidad de nuestros líderes sociales, para ello la Unidad de Investigación de la Fiscalía estará al frente de una tarea de coordinación institucional entre su unidad y las delegadas de seguridad ciudadana y crimen organizado para lograr tasas de esclarecimiento mayores al 52% que actualmente posee la entidad. Como Fiscal General de la Nación, la lucha por los derechos humanos es un punto de honor.
Un quinto punto está atado al fortalecimiento de la investigación en el país. Es inaudito que en las regiones existan cuerpos de fiscales sin investigadores o en las ciudades, las Unidades de Reacción Inmediata no cumplan el papel misional de lograr una investigación pronta para la ciudadanía. Hoy los delitos de bagatelas constituyen más del 60% de la totalidad de los hechos punibles que se cometen en Colombia. La Fiscalía no puede ser la entidad que resuelve inventarios de las noticias criminales que ocurrieron cuatro o cinco años antes.
Un sexto aspecto implica que la Fiscalía desarrolle estrategias litigiosas en los casos priorizados, sin caer en la denominada justicia espectáculo que busca medidas privativas de la libertad en todos los casos, corriendo el riesgo de descubrir ante los jueces de garantías la evidencia probatoria y así golpear el funcionamiento de los preacuerdos, esquilmar el principio de oportunidad e incluso correr el riesgo de perder los casos ante los jueces. Esos riesgos se suman a millonarias demandas por privación injusta y la libertad que atiborran la jurisdicción de lo contencioso administrativo.
En séptimo lugar, la Fiscalía incrementará su lucha contra el narcotráfico y las estructuras criminales que alimentan ese infernal negocio. El daño que produce esa actividad lleva no sólo a la destrucción del tejido social sino produce un daño ambiental sin igual. Más de 200,000 hectáreas de coca lleva a ser imaginativos en la acción contra ese flagelo.
En octavo lugar, esta será una Fiscalía que pone a nuestras mujeres y nuestras minorías en el punto más alto de la protección. No toleraré el feminicidio ni el trato discriminatorio contra nuestros pueblos ancestrales. La Fiscalía continuará en la tarea de esclarecimiento de esos crímenes y en la búsqueda de la eficacia en la justicia.
Por último, la Fiscalía General de la Nación mantendrá una relación armónica y sin estridencias con la Jurisdicción Especial para la Paz, en el entendido de qué está cumple una función atada a la justicia transicional y la Fiscalía General mantendrá sus estrictas competencias en el ámbito de la justicia ordinaria. La Jurisdicción Especial para la Paz deberá seguir trabajando efectos de lograr la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición.
Para lograr estos retos presentaré durante el primer semestre de este año al Congreso de la República un proyecto de ley para restructurar la entidad y así crear las capacidades técnicas investigativas y financieras que nos permitan avanzar en una mayor cobertura de la Fiscalía en los territorios. Fiscales y jueces itinerantes y permanentes deben ser una regla para obtener un servicio de justicia adecuado. Cumplir mi rol de Fiscal General implica hacerlo a tiempo completo, sin agendas dobles y con compromiso patriótico, por esa razón invito al Contralor General de la República Carlos Felipe Córdoba y al Procurador General de la nación Fernando Carrillo a que acompañen la propuesta como lo hace hoy, el Fiscal General de la Nación de impulsar la inhabilidad temporal que se requiere establecer en nuestros cargos para evitar el afán de iniciar campañas presidenciales precoces en el marco de nuestras funciones.
Las decisiones de la Fiscalía se tomarán con acatamiento a la Constitución y la ley. La Fiscalía debe pasar la página de una entidad fracturada por una justicia confiable justa. Soy el fiscal de todos los colombianos y de nuestros territorios. Muchas gracias.