El Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, con apoyo del Ejército, capturó a Liliana Prada Aguja, investigada por los delitos de extorsión, estafa, concierto para delinquir con fines extorsivos y amenaza.

Su detención tuvo lugar en el barrio Frailes, del municipio risaraldense de Dosquebradas, por solicitud del Juzgado Promiscuo Municipal de Génova (Quindío).

La mujer, quien fue cobijada con medida de aseguramiento privativa de la libertad en la cárcel La Badea de este municipio industrial, haría parte de una organización denominada Los del Campestre, cuyos 15 primeros presuntos miembros fueron capturados en diciembre de 2015 bajo la coordinación de una Fiscalía Especializada adscrita a la Dirección Nacional contra el Terrorismo con sede en Pereira (Risaralda).

Los investigadores se dieron a la tarea de asociar 27 casos que conservaban patrones comunes como la extorsión, estafa, concierto para delinquir con fines extorsivos y amenazas. El trabajo se extendió por más de un año y así fueron identificados los integrantes de ese grupo delincuencial que venían afectando la tranquilidad de los ciudadanos de Antioquia, Caldas, Cauca, Cesar, Huila, Meta, Nariño, Putumayo, Quindío, Tolima, Santander y Valle del Cauca.

Su modus operandi consistía en recolectar información personal de los posibles objetivos de extorsión, mediante el supuesto apoyo económico a proyectos productivos agrícolas que aportaba una supuesta organización no gubernamental denominada Corporación Agrícola Colombiana, dirigida a campesinos de escasos recursos residentes en zonas alejadas donde la presencia de las entidades de seguridad del Estado era casi nula.

Con esa información, posteriormente presionaban a sus víctimas generando temor y amenazándoles con el propósito de hacer efectivo el pago de diversos montos, que según el extorsionista que se comunicaba con ellas, eran dirigidos a un grupo armado alzado en armas o perteneciente a la delincuencia común, de la región donde estuvieran los incautos tales como las FARC, ELN, Urabeños, Rastrojos, Cordillera, entre otros, haciéndose pasar por su líder.

El dinero producto de la extorsión era recolectado exclusivamente por medio de empresas de giros, casas chanceras y consignaciones en entidades bancarias. A la fecha se calcula que recaudaron alrededor de 400 millones de pesos.

 

PAAM / AAEA