El Juzgado Segundo Penal Especializado del circuito de Villavicencio condenó a Josué Cuesta León, alias el Viejo, y José Fernando Romero Mejía, alias Morocho, por los delitos de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y concierto para delinquir.

Los dos hombres se acogieron a la figura de sentencia anticipada (trámite del Código de la Ley 600 de 2000) por hechos ocurridos el 30 de noviembre de 2005. Informes presentados por investigadores de la policía judicial que revelaban la existencia de una organización criminal para el tráfico internacional de estupefacientes y el abastecimiento de material logístico, armas y divisas con destino a los frentes I y XVI de las Farc.

En el fallo, el juez consideró testimonios de desmovilizados de las Farc, pilotos y exintegrantes de la organización liderada por Cuesta León, quienes aseguraron que desde el 2006 Romero Mejía encomendó a un testigo la compra de una avioneta en Venezuela, para lo cual le dio 130 mil dólares.

La aeronave fue adquirida y acondicionada para llevar cargamentos, mínimo con  250 kilos de cocaína cristalizada, que eran transportados por tierra en camionetas  desde laboratorios clandestinos ubicados en la inspección de la Venturosa, en el departamento del Vichada.

Grandes cantidades de estupefacientes también eran transportados por río y almacenados en bodegas de propiedad de Cuesta León en Carurú, Vaupés, Yuruparí, Calamar y Miraflores en el Guaviare y luego despachados en avionetas tipo Cessna y Alcaraván, con tres pilotos que se turnaban para viajar a los estados de Apure y Bolívar (Venezuela), Nickerie en Surinam (Guyana), Islas Gran Cayman, Brasil y República Dominicana.

La dorga era también era enviada desde el aire a altamar, donde la recibían los compradores, quienes entregaban dólares o armas. De acuerdo con el proceso, los traficantes habían realizado alianzas con Tomás Medina Caracas, alias Negro Acacio; Rodrigo Salgado Aragón, alias Cadete, cabecillas de las Farc con quienes coordinaban los envíos de medicamentos y la compra de clorhidrato de cocaína a través de teléfonos satelitales, siete líneas telefónicas de celular y dos teléfonos fijos en Villavicencio.

Los condenados fueron capturados por las autoridades en diciembre del 2007 y extraditados a los Estados Unidos el 17 de noviembre de 2009, por solicitud de la Corte del Distrito de Columbia. Actualmente permanecen recluidos en la cárcel DC Central Detention Facility de Washington.