Con la llegada de diciembre, la comercialización de licor falsificado alcanza su nivel más crítico. Grupos delincuenciales dedicados a la fabricación y alteración de bebidas embriagantes aprovechan la alta demanda de la temporada y las fiestas populares para inundar el mercado con productos fraudulentos ofrecidos a precios muy bajos.
Esta combinación de consumo masivo y búsqueda de ofertas convierte a los ciudadanos en el blanco perfecto. El riesgo es grave: el licor adulterado puede causar intoxicaciones severas, daño neurológico irreversible, ceguera y, en muchos casos, la muerte.
Las autoridades reiteran el llamado a la prevención y a comprar únicamente en establecimientos confiables, verificando sellos de seguridad, estampillas y características del envase. La protección de la salud empieza por decisiones informadas.






