Aunque muchos intentan ocultar delitos tras cifras manipuladas, los contadores forenses tienen la capacidad de revelar la verdad detrás de los números. A diferencia del contador tradicional, estos expertos analizan la evolución patrimonial, los flujos de dinero y la veracidad de los documentos contables para establecer si se ha cometido un delito. El trabajo de los contadores forenses se convierte en una herramienta vital en investigaciones penales y fiscales.

La realidad es que hay contadores que se dedican maquillar la contabilidad. Los documentos soporte son la pieza clave para poder establecer si efectivamente podemos estar ante un delito, ¿por qué? Porque simplemente una factura, la factura habla.

Un contador forense identifica la información que necesite de tipo contable, financiera, tributaria para establecer si efectivamente ha ocurrido un delito que implique la utilización de recursos, de todo tipo de recursos.

El contador forense se dedica a establecer y verificar cómo ha sido la evolución de una persona natural, cómo ha sido la evolución de su patrimonio, cómo lo ha financiado, si ha utilizado créditos o si le han regalado el dinero, porque muchas veces pasa.

Y eso cómo lo ve, a través de la contabilidad. Los números hablan, los forenses, a través de esa prueba, de lo que nos digan los números y los documentos, pueden establecer la realidad económica de las personas tanto naturales como jurídicas.