El accionar de los grupos criminales ha mutado a prácticas más inhumanas como utilizar personas con extrema necesidad o con perfiles bajos para lograr sus cometidos. Tecnificaron algunos de sus procesos delincuenciales usando para ello lenguajes cifrados para comunicarse, creyendo que será imposible detectarlos. La Fiscalía ha logrado establecer estrategias contra el multicrimen articulándose interna y externamente para fortalecer y transversalizar las investigaciones. Así se han puesto en evidencia cabecillas y jefes de grupos narcotraficantes, que tienen incidencia en otros delitos como el homicidio, tráfico de armas y concierto para delinquir.

La lucha contra el narcotráfico en la región Orinoquía ha dado un giro estratégico con un enfoque basado en la reciprocidad y el trabajo articulado entre distintas delegaciones y seccionales. Desde la Delegada para la Seguridad Territorial y la Delegada para la Criminalidad Organizada se ha consolidado una sinergia con fiscales de crimen organizado, medio ambiente y la Dirección Especializada contra el Narcotráfico, con el objetivo de desarrollar investigaciones integrales que permitan impactar de fondo las estructuras criminales. Esta articulación ha sido clave para avanzar más allá de las capturas y lograr intervenciones estructurales en el fenómeno del narcotráfico.

Uno de los avances más relevantes ha sido la creación de un banco de marquillas e imágenes, alimentado por las seccionales de Casanare, Guaviare y Vichada. A través del análisis de evidencias halladas en extracciones de teléfonos y objetos incautados, se han podido identificar símbolos y brazaletes que reflejan control territorial de grupos criminales. Este tipo de información se convierte en una herramienta valiosa para interpretar el lenguaje interno del crimen organizado y fortalecer las investigaciones con un enfoque territorial y contextualizado.

Además, este modelo de trabajo permite identificar con mayor precisión los corredores del narcotráfico, incluso aquellos que trascienden fronteras nacionales. La articulación regional proporciona información de primera mano que, al ser compartida con la Dirección Nacional, eleva el nivel de las imputaciones de delitos menores a cargos estructurales con pruebas sólidas contra cabecillas de organizaciones criminales. Esta estrategia de comunicación constante y lealtad operativa ha demostrado que la reciprocidad no solo es la clave, sino el motor de los resultados más contundentes en la lucha contra el narcotráfico.