#VocesFiscalía | Marco Aurelio Vásquez lleva 43 años al servicio de la Policía Judicial. Su vida ha estado ligada a algunos de los episodios más dolorosos y emblemáticos del país como la tragedia de Armero, el Palacio de Justicia, el atentado al avión de Avianca y la bomba al DAS. Con la voz serena pero cargada de memoria, recuerda cómo perdió compañeros en el cumplimiento del deber y cómo una tragedia lo llevó a proponer una medida que transformó la seguridad en el transporte público en Colombia. Más de cuatro décadas después sigue con la misma convicción: dar respuesta a las familias y justicia a las víctimas.

Yo ingresé al DAS en esa época, Departamento Administrativo de Seguridad, el 22 de julio de 1982, tenía 22 años. Mi primer caso precisamente fue al día siguiente de haber ingresado y fui destacado para colaborar, para hacer la reconstrucción de un homicidio. Se produce la catástrofe, la avalancha de Armero, y también fuimos destacados para ir a tomar las necrodactilias allá, cosa que llegamos muy juiciosos, allá al municipio de Lérida. a hacer ese trabajo, pero fuimos sorprendidos, porque a las 2, 3 horas ya el reguero, llamémoslo así, impresionante de cadáveres sobre los andenes, pues no daba abasto, y pues necesariamente debimos regresarnos, porque eran demasiados, demasiados los cadáveres.

En 1985 la Toma del Palacio

Ya se había creado el grupo de levantamiento de cadáveres en esa época, que eso se inició el 29 de junio de 1985 como policía judicial, y los hechos del Palacio de Justicia fueron el 6 y 7 de diciembre, nosotros ingresamos posteriormente a los hechos, pues apenas termina esta ley, y hacer los levantamientos de los cuerpos.

Lo del avión de Avianca, también, estaba de servicio ese día, si no estoy mal fue el 27 de noviembre de 1989, el avión pues explotó a los alrededores, o encima del cerro La Canoa, eso es jurisdicción de Soacha, allá llegamos y pues, bueno, también nos correspondió conocer el caso y hacer los respectivos levantamientos

Después ya fui trasladado para Medellín, precisamente a montar las patrullas de levantamiento de cadáveres allá en Medellín, y pues el 2 de diciembre de 1993 le tomé la necrodactilia a Pablo Escobar allá en Medicina Legal de Medellín.

Para mí la bomba del DAS fue muy significativo, porque pues yo laboraba ahí, eso fue el 6 de diciembre de 1989, ya estaba, yo había ingresado ya a las instalaciones tipo 7 y cuarto de la mañana y me dirigí al segundo piso a firmar, a firmar la entrada, y más o menos ya promediando a las 7 y media al momento explota la bomba,

Lo triste es hacer el levantamiento de los cuerpos de los compañeros que momentos antes había saludado al ingresar, a raíz de la muerte de un compañero en el año 1997. Nebardo Baquero Mancera. Él fue a una ferretería Cuando ingresa a esa ferretería estaban asaltando

Él tenía su cadena de oro y la pistola. Lamentablemente, cuando le jalan la cadena, él se agacha, se nota la pistola, pues el bandido lo que hizo fue propinarle tres impactos de bala y él muere ahí.

Entrevistamos al dueño de la ferretería que estaba en el segundo piso y él dice, si hubiese visto algo de ese vehículo, de ese taxi, algún número o algo, pues me lo había grabado, pero no. Ahí me nace la idea de que los taxis o servicios públicos deben de tener en el techo grabado su número de placa.

A raíz de eso y el estudio que hice haciendo la sugerencia con fotografías y con ejemplos, el director del DAS, en ese entonces el general Montenegro, envía ese documento a la alcaldía mayor de Bogotá, en ese entonces estaba el doctor Jaime Castro como alcalde. Les pareció muy buena la idea y a partir de ese momento se instauró a nivel Bogotá y posteriormente a nivel nacional,

Este trabajo, desde que comencé, hace 43 años, pues, me ha gustado, me ha gustado muchísimo.

Decirle a los familiares de esas víctimas, mire, se logró el objetivo, esclarecer esto, saber el motivo, tener los responsables y que estas personas respondan por sus actuaciones.