Lo que parecía una casa común escondía un laboratorio ilegal donde se elaboraban productos dietarios usados por deportistas y personas aficionadas al ejercicio. 

Lo grave: cualquiera podía acceder a ellos (niños, jóvenes y adultos) sin control. La Fiscalía logró la judicialización de una pareja que sería la responsable de la elaboración de los suplementos sin el cumplimiento de las medidas básicas de salubridad, mezclando sustancias peligrosas para el consumo humano y sin registros ni autorizaciones Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA).

Finalmente, se les atribuye la distribución y comercialización de los productos a cualquier ciudad del país y Ecuador.