Como presuntos responsables de comercializar y usar billetes falsos en su actividad laboral, el Juzgado 9 Penal Municipal de Medellín (Antioquia), con funciones de control de garantías, impuso medida de aseguramiento en el domicilio en contra de 4 taxistas y 2 personas más.
Los afectados con esta medida fueron los taxistas Elkin Mario Torres Cano, Diego Darío Espinoza Espinoza, Sergio Arturo Gómez Ramírez, Pedro Luis Correa Tobón y su esposa, la comerciante Luz Mery Ramírez Seguro; además del presunto cabecilla de la organización criminal, José Francisco García Arismendi, estudiante de derecho.
En 6 operativos de allanamiento y registro realizados por la Dijín de la Policía Nacional en los municipios antioqueños de Medellín y Bello, hallaron varios celulares y billetes falsos por un valor superior a los $900 000. En el inmueble del presunto cabecilla se encontró dinero en el congelador de la nevera y a Espinoza Espinoza le hallaron billetes en un saco dentro de un closet.
De acuerdo a las labores investigativas adelantadas, la Fiscalía General de la Nación pudo establecer que los procesados, al parecer, ponen a circular billetes falsos de diferentes denominaciones mientras trabajan en los vehículos de servicio público. Los más usados son los de $10.000, $20.000 y $50.000, de la antigua edición.
Una de las formas de operar de esta banda criminal consiste en cambiar cautelosamente el billete de alta denominación que ha usado el pasajero para pagar la carrera por uno falso, y decirle que no tiene para devolverle, así la persona queda con el dinero adulterado y se ve obligado a buscar más dinero para cancelar el servicio.
Otro modus operandi empleado es que después que cambiar el dinero real por el ilegal, le dicen al pasajero que el billete está falso y lo rompen, así de todas formas la víctima tiene que pagar su recorrido.
Según los investigadores, García Arismendi era el encargado de distribuir los billetes a los 4 taxistas, por lo general se reunían en vía pública en horas de la mañana y en la noche. Ramírez Seguro, por su parte, era quien supuestamente le guardaba y entregaba el dinero a su esposo cuando se quedaba sin dinero fraudulento.
El dinero falso costaba entre $2000 y $8000, según la denominación; además podrían comprar hasta $400 000 en billetes de diferentes valores.
Los investigados no aceptaron los cargos imputados por los delitos de tráfico de moneda falsificada agravada y concierto para delinquir.
NAMT/DLBM