Un padre y tres hermanos harían parte de una banda delincuencial dedicada a la comercialización de estupefacientes en los barrios El Martillo y San Diego de Dosquebradas (Risaralda), contra quienes la Fiscalía imputó los delitos de concierto para delinquir agravado con fines de tráfico de estupefacientes; desplazamiento forzado en concurso con extorsión agravada, y uso de menores para la comisión de delitos. Ninguno aceptó los cargos.

Junto a esas cuatro personas, entre ellas un adolescente que quedó con medida de internamiento en el Centro de Reeducación Marceliano Ossa de Pereira; fueron imputadas tres personas más.

Cada uno cumpliría funciones específicas dentro de la organización, encaminadas al tráfico de bazuco y marihuana al menudeo, y para tal fin reclutarían menores de edad, para que no sólo vendieran la droga ilícita, sino también, para que fueran el brazo armado de la organización, y ‘eliminar’ a quien no era bienvenido en la zona, por múltiples razones, como el no pago de ‘vacunas’.

Según lo evidenciado, a quienes contrariaban sus órdenes, como el negarse a integrar el grupo delictivo, eran extorsionados y desplazados de sus propios barrios, pues si no les pagaban una cuota mínima de $800 mil mensuales, eran forzados a salir de la zona.

Así le sucedió a un par de adolescentes de 16 y 14 años, quienes de acuerdo con las investigaciones, fueron víctimas de múltiples atropellos, especialmente la hermana de 16 años, a quien golpearon e inyectaron aparentemente una dosis de heroína que la tuvo al borde de la muerte.

Todos fueron enviados a la cárcel como medida de aseguramiento preventiva a solicitud de la Fiscalía.

 

PAAM/DLBM