Por el delito de hurto calificado agravado la Fiscalía imputó cargos en contra de Dayro Alberto Vásquez Castañeda, por hechos ocurridos el 29 de agosto de 2015 cuando una pareja fue víctima de un robo bajo la modalidad de fleteo en Pereira (Risaralda).

El procesado, exintegrante de la Policía Metropolitana de Pereira desde el año 2012, fue detenido mediante orden judicial en el barrio El Japón de Dosquebradas (Dosquebradas).

Según las investigaciones, el día de los hechos usando un arma de fuego y en compañía de otra persona, le habría hurtado a una mujer la suma de $19 millones que llevaba en su bolso, mientras que a su compañero de trabajo $1 millón que tenía igualmente en otro maletín, cuando se encontraban en una motocicleta esperando el cambio de semáforo en la carrera 5° con calle 14° de la ciudad.

Las víctimas, quienes trabajan en una empresa de medicamentos, venían de hacer un recorrido por el Valle del Cauca, Quindío y Dosquebradas, cuando fueron sorprendidos por los sujetos que sin mediar palabra les arrebataron el dinero y luego se dieron a la huida.

Fue así como gracias al reconocimiento fotográfico y retrato hablado que las víctimas hicieron de los presuntos fleteros, se logró dar con la plena identificación de Vásquez Castañeda quien actualmente trabaja como conductor de una clínica de la ciudad.

Durante la imputación realizada ante el Juzgado 3° Penal Municipal, con funciones de control de garantías, no aceptó los cargos endilgados por el ente acusador.

Entretanto la Fiscalía solicitó medida de aseguramiento carcelaria debido a la gravedad de delito, sumado a las varias anotaciones que tiene el procesado, tales como abuso de confianza en 2013, falsedad personal en Anserma (Caldas) y una activa de ese mismo año en la que según la denuncia de la víctima, el procesado se hizo pasar por integrante del grupo de automotores de la Sijín de Pereira para convencerlo de que le diera $1 millón a cambio de no llevarse su vehículo, el cual estaba supuestamente vinculado a una investigación.

Posteriormente, cuando el afectado quiso averiguar qué pasaba con el proceso, se comunicó al número celular que el supuesto policía le dio, pero jamás lo logró. Al acercarse a las instalaciones de la Policía en la capital risaraldense, se encontró con la sorpresa que había sido engañado pues allí le informaron que el sargento con el que supuestamente había hablado no era la misma persona.

Pese a esta información proporcionada por la Fiscalía al Juzgado, este no la tuvo en cuenta y le dio una medida no privativa de la libertad consistente en presentaciones periódicas, no salir del país y presentar buen comportamiento.

 

PAAM/DLBM