Un juez Penal Municipal de Cali legalizó la captura de 27 presuntos integrantes de la banda Los Criollos, 13 hombres y 16 mujeres que estarían vinculados a robos en la modalidad de ‘hormiga’ en almacenes y supermercados de la ciudad.

En las audiencias de control de garantías, la Fiscalía imputará cargos a los por los delitos de concierto para delinquir, hurto calificado y agravado, falsedad en documento público y receptación.

Los hoy procesados fueron capturados en 25 diligencias de registro y allanamiento realizadas en Cali y Florida (Valle del Cauca), y Pasto (Nariño), por servidores del CTI de la Fiscalía y de la Sijin de la Policía Metropolitana de Cali. En los procedimientos fue detenida alias la Abuela, una mujer de 67 años de edad y supuesta cabecilla de la estructura; y alias Patillas, quien sería el coordinador de los robos de alimentos, electrodomésticos, abarrotes, ropa, productos de belleza y licores en los establecimientos comerciales.

Durante los operativos fueron incautados los siguientes elementos:

– 25 teléfonos celulares.
– 44 pines de seguridad.
– 4 bolsas biónicas.
– Un revólver calibre 38 con munición.
– 3 despinadores.
– Prendas de vestir hurtadas.

Modus operandi

El análisis de los videos de las cámaras de seguridad, los controles técnicos a las comunicaciones de telefónicas de los presuntos integrantes de Los Criollos, entre otras técnicas de policía judicial, permitieron a los investigadores conocer que las actividades ilegales de esta banda se concentraba en almacenes y supermercados de las comunas 13, 14, 15, 16, 17, 19 y 21 de Cali.

Las evidencias pusieron al descubierto que durante los robos retiraban los pines de seguridad adheridos a cada producto y utilizaban bolsas para evadir los filtros instalados en las puertas de los establecimientos. Cada una de las personas que haría parte de la banda cumplía diferentes roles, desde despistar al personal de vigilancia y a los empleados de los almacenes, camuflar los productos y alertar la presencia de autoridades o situaciones que les dificultaba la comisión de los hurtos.

Al parecer, esta organización había trasladado sus actividades a otros municipios de Valle del Cauca como Cerrito y Florida, a Armenia (Quindío), y Pasto (Nariño).

JGPV/JARG