A 40 años de prisión fueron condenados el cabecilla de las Farc, Guillermo León Sáenz Vargas, alias “Alfonso Cano”, y otros cuatro miembros de esa guerrilla, que fueron hallados responsables por el Juzgado Tercero Penal del Circuito Especializado de Bogotá de los delitos de homicidio agravado y lesiones personales.
La decisión del juzgador se relaciona con los retenes ilegales montados, y con los ataques y los hostigamientos cometidos por los insurgentes, del 27 al 30 de mayo de 1995, en la vía Bogotá-Choachí (Cundinamarca), en el municipio de Silvania, en la carretera Guayabetal-Villavicencio, y en la estación de Policía del barrio Kennedy de la capital. Esas acciones costaron la vida a cinco policías y a un civil, y dejaron a tres personas heridas.
De acuerdo con la resolución acusación proferida en su momento por un fiscal antiterrorismo, los insurgentes Rodrigo Londoño Echeverry, alias “Timochenko”, Jorge Briceño Suárez, alias “Mono Jojoy”, Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”, y Henry Castellanos Garzón, alias “Romaña”, también intervinieron en tales hechos, por los que el juzgador, igualmente, los encontró responsables de los delitos ya mencionados.





