Un juez especializado de Bogotá condenó a 39 años y 4 meses de prisión a Roberto de Jesús Ramos y Felio Tique Soacha, como responsables de incurrir en los delitos de secuestro extorsivo agravado y utilización ilegal de uniformes e insignias.

Durante una audiencia de lectura de fallo, el juez en su sentencia indicó que los procesados deberán cancelar una multa de 17.583 salarios mínimos legales mensuales vigentes.

De acuerdo con la investigación de la Fiscalía, Ramos y Tique participaron en los hechos ocurridos el 30 de septiembre de 2014, cuando el joven de 23 años Diego Hernando Gutiérrez Romero se dirigía hacia su residencia y fue interceptado por dos agentes de Policía, quienes le solicitaron los documentos de la camioneta en la que se movilizaba.

Según la narración del joven, cuando presentaba los documentos del automotor, de manera sorpresiva aparecieron otros 4 hombres encapuchados con pasamontañas, que portaban armas.

Gutiérrez Romero fue amenazado y obligado a beber una sustancia que le hizo perder el conocimiento y doblegar su voluntad. En esas condiciones, fue llevado a una residencia, donde permaneció amarrado de pies y manos, y encadenado a un lavaplatos de la cocina, por 26 días.

Durante el secuestro, el joven era vigilado por varias personas, siempre armadas con fusiles, que se turnaban para darle la alimentación.

La víctima no pudo reconocer a ninguno de sus captores, sin embargo en el juicio, señaló que en una ocasión alcanzó a ver el rostro de uno, quien era el propietario de la casa donde lo mantenían retenido.

Desde el momento en que llegó al cautiverio, el joven fue informado de estar en poder del Frente 57 de las FARC, grupo que habría llamado en reiteradas ocasiones al padre de la víctima a exigirle el pago de 6 millones de dólares a cambio de su libertad.

Tras la denuncia realizada por el padre del secuestrado, el grupo Gaula procedió a realizar el seguimiento del GPS de la camioneta, la cual fue encontrada en una residencia de la transversal 31 con carrera 70, al sur de Bogotá

Los operativos de búsqueda continuaron hasta el 26 de octubre de 2014, cuando gracias a la colaboración de la ciudadanía, se recibió una llamada en la que se indicó la ubicación de una vivienda donde podría estar el joven secuestrado.

Ese día, las autoridades allanaron la residencia ubicada en  la diagonal 39 No. 89-08, don fue rescatado el estudiante y la captura de los dos procesados, uno de los cuales intentó huir al momento del ingreso del Gaula.

En desarrollo del operativo, fueron hallados, dentro de los documentos de Roberto Ramos, una nota que había sido escrita por el secuestrado, en la que le pedía a su padre que cancelara el dinero para lograr su libertad.

Durante el juicio, el joven finalmente reconoció la voz y la figura de los dos capturados, ya que uno lo cuidaba y lo alimentaba, y el otro era el llamado dueño de la casa.

Los hoy sentenciados mencionaron que  ellos también habían sido secuestrados por un hombre identificado como Fabio Barrera, quien arrendó el primer piso, donde fue dejado el joven secuestrado.

El juez avaló la petición de la Fiscalía de desestimar los argumentos de los dos procesados, e indicó que por incurrir en esos delitos debían purgar la pena en la cárcel Modelo, de Bogotá.

 

ANM/DLBM