Luego de aceptar su responsabilidad en el homicidio de su novia, perpetrado el 3 de septiembre de 2012 en zona rural de Santa Rosa de Cabal (Risaralda); el procesado Leonardo Gañán Álvarez fue sentenciado a 21 años, seis meses y 22 días de prisión por un juez con funciones de conocimiento.
El día de los hechos, la víctima, Daniela Melisa Triviño Rodríguez, de 21 años de edad, y quien tenía seis semanas de embarazo, acudió a una cita con el hoy condenado en el mirador de Boquerón, en el citado municipio risaraldense, donde fue vista por última vez en compañía de dos hombres y una mujer. Minutos más tarde, al parecer salió con rumbo desconocido y desapareció.
Tras la denuncia por dicha desaparición, fueron vinculados a la investigación su novio y otra joven, menor de edad. Precisamente esta última, quien fue la primera en ser contactada por las autoridades, habría entregado detalles de la desaparición y ubicación del cadáver de la joven gestante.
Nueve días duró la familia de la joven sin tener noticias suyas, hasta que servidores del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) hallaron y exhumaron el cuerpo en la vereda el Óvito, sector San Vicente, en jurisdicción de la población santarrosana.
Luego de una serie de indagaciones técnicas como entrevistas, prospecciones en el terreno, vigilancias, seguimientos, triangulaciones telefónicas, exploraciones lofoscópicas, fijación fotográfica e incluso, luces forenses en un vehículo; un juez de garantías ordenó la captura de Gañán Álvarez, como autor material de la desaparición y muerte de su novia, la cual se hizo efectiva el 13 de septiembre último.
Durante las audiencias preliminares, el procesado le relató a los familiares de la víctima como se produjeron los hechos e indicó que el homicidio fue cometido de común acuerdo con la menor de 16 años, con la que sostenía otra relación sentimental paralela. Según la necropsia, la causa de muerte fue asfixia mecánica.
Se conoció entonces, que Gañán recogió a su novia en un vehículo prestado para cumplir la cita y hablar del bebé que estaban esperando. En la parte trasera del carro estaba oculta la menor, quien fue la encargada de ahogarla con una bolsa. Posteriormente, entre ambos cómplices enterraron el cuerpo.
Gañán obtuvo una rebaja del 45.5 por ciento de la pena principal por colaborar con la justicia. Por su parte, la menor fue judicializada por la Unidad de Responsabilidad Penal para Adolescentes, de Pereira.