Dos militares adscritos al Batallón San Mateo de Pereira (Risaralda) fueron condenados por el Juzgado Segundo Penal del Circuito Especializado de esa ciudad, como responsables del hurto de 403 armas de fuego que eran custodiadas en esa unidad castrense y que que al parecer fueron vendidas por los uniformados a bandas criminales del centro y norte del Valle del Cauca.
La Fiscalía 26 Seccional de Buga (Valle del Cauca) suscribió un preacuerdo con el sargento segundo César Andrés Castro Eslava; mientras que en su momento, el soldado profesional Jhon Freddy Gaviria López aceptó la totalidad de los cargos por concierto para delinquir, tráfico, fabricación o porte de armas de fuego de uso privativo de las Fuerzas Militares; tráfico, fabricación o porte de armas de fuego de uso personal, y peculado por apropiación.
El suboficial que tenía 15 años de servicio en el Ejército y que se desempeñaba como armerillo del Batallón San Mateo fue sentenciado a una pena de 5 años y 5 meses de prisión. Entre tanto, el soldado, quien llevaba 16 años de labores en la institución, deberá purgar una condena de 7 años de cárcel.
Los militares fueron capturados el pasado 2 de febrero en la capital del Risaralda por miembros del CTI de la Fiscalía de Buga (Valle del Cauca), en coordinación con servidores de la unidad investigativa contra bandas criminales de la Sijín de la Policía Nacional, en operativos realizados en una urbanización y el batallón de Pereira.
La investigación en contra de los militares surgió luego que la Fiscalía obtuviera información extraída de las interceptaciones telefónicas que realizaba el CTI a la banda delincuencial comandada por Alex Toro, con injerencia en el Norte del Valle y Risaralda, en las que evidenciaba la existencia de una persona dentro del Batallón San Mateo que comercializaba armas de fuego, por tal motivo la Fiscalía tomó la decisión de compulsar copias y abrir una nueva investigación.
Durante la misma la Fiscalía pudo establecer que 403 armas de fuego que fueron dejadas en custodia en ese batallón habían desaparecido y estaban siendo comercializadas a bandas delincuenciales del norte del Valle, entre las armas extraviadas se encuentran 109 fusiles, 188 revólveres, 87 pistolas, 11 escopetas y tres subametralladoras.
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