Por solicitud de la Subdirección Seccional de Fiscalías de Bogotá, el Juzgado Décimo Penal del Circuito de esta ciudad condenó a 60 años de cárcel, pena máxima de prisión permitida en la ley colombiana, a Hernando Hernández Patiño por el homicidio de su esposa, sus dos hijos y una sobrina, en hechos ocurridos el 10 noviembre de 2013 en el barrio San Diego, al sur de la capital.

Uno de los hijos menor de edad, quien sobrevivió a los hechos, narró a los vecinos y a los investigadores de policía judicial que su padre en un acto de “locura” había acabado con la vida de la familia por celos, al conocer que su esposa de 37 años de edad, Jenny Lozada, le era aparentemente infiel.

“Si no es para mí no será para nadie”, le dijo a uno de los vecinos días antes de cometer el crimen contra toda la familia.

De acuerdo con el relato de la fiscal encargada del proceso, durante varios años el agresor no tuvo trabajo y según algunos vecinos, sentía complejo de inferioridad porque su compañera sentimental fue quien asumió los gastos y las deudas que se tenían que cubrir en la casa.

El día de los hechos ocurridos en un apartamento de  la calle 80 -S con carrera 79, en el sector de Bosa, Hernández Patiño apagó las luces de la casa y se escondió debajo de la cama a la espera de encontrar a su pareja en compañía de otro hombre, relató la delegada de la Fiscalía.

“Los exámenes psicológicos realizados por una perito experta de Medicina Legal advierten que se trata de una persona aparentemente normal, con rasgos de ser una persona en extremo vanidosa, egocéntrica y narcisa”, relató la juez que presidió la audiencia de sentencia condenatoria.

Hernando Hernández, en horas de la madrugada, con un machete en la mano atacó a su esposa al igual que a sus hijos quienes les decían “papi tranquilo que  nosotros nos vamos contigo”. Sin importarle nada les cegó la vida, señaló la fiscal al hacer el relato de los hechos.

 

A la sobrina, antes de atacarla, le recriminó que sabía de la presunta infidelidad de su esposa y que “había callado todo”.

Por su parte, Jenny Lozada había hecho varias solicitudes de protección a la comisaria de familia para que se le brindaran solución al conflicto familiar, el cual estaba asociado a agresiones verbales.

En otras gestiones, la mujer había acudido a la Secretaría Distrital de Integración Social para que le exigiera que este hombre le respetara sus espacios laborales y personales.

Finalmente, la juez, al culminar la lectura de la sentencia, afirmó que a pesar del preacuerdo concedido por el homicidio de las dos personas adultas, el cual le permitió un descuento de hasta la mitad de la pena, la muerte de los menores de edad no tiene ningún tipo de favorecimiento, es decir que la pena habría superado los 91 años de prisión, pero la ley colombiana permite una máxima condena 60 años de pena privativa de la libertad.

De acuerdo con la fiscal, el menor de edad sobreviviente quedó bajo el cuidado de su tía materna, lo cual fue avalado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).

El homicida permanece recluido bajo vigilancia en la cárcel La Picota, ubicada al sur de la ciudad.

 

 

 

CMR/DLBM