Así como continuamente las autoridades nacionales e internacionales capturan mulas del narcotráfico tratando de llevar droga dentro de sus cuerpos, esta modalidad de transporte de alucinógenos está siendo usada por las mafias para llevar el producto desde los laboratorios hacia los consumidores de las ciudades nacionales.

Este fue el caso evidenciado por la Fiscalía General de la Nación durante un allanamiento realizado en un inmueble de Dosquebradas (Risaralda). Allí encontraron una infraestructura perfectamente montada para recibir los correos humanos y facilitarles la entrega de la droga consumida.

El Juzgado 2° Penal Municipal, con funciones de control de garantías, de Pereira (Risaralda) dictó medida de aseguramiento privativa de la libertad en la cárcel contra cuatro personas por tener en su poder cocaína. Dos de ellos la habían ingerido.

Los procesados fueron detenidos por servidores del CTI en el barrio La Sultana en Dosquebradas (Risaralda), en una casa acondicionada logísticamente para recibir las personas denominadas correos humanos urbanos procedentes del departamento del Caquetá, facilitarles la expulsión de los estupefacientes y posterior abastecerlo a distribuidores específicos de cocaína en el área metropolitana y el municipio risaraldense de Santa Rosa de Cabal.

Esta modalidad es de alta peligrosidad, dadas las circunstancias de riesgo para la vida e integridad física de quienes se someten a ello a cambio 400.000 pesos. Las personas cargadas se desplazan por tierra hasta la terminal de transportes, en donde son recibidos por algunos cómplices que los llevaban a la vivienda allanada, donde realizaban la expulsión.

Los procesados, quienes no aceptaron los cargos endilgados por el ente acusador, fueron identificados como Lucelida Acosta Molina y José Octalivar Peréz Molina, encargados de recibir a los correos humanos en la casa para el proceso de evacuación de las cápsulas o dediles. La Fiscalía les imputó el delito de tráfico de estupefacientes, verbo rector conservar.

Además, fueron detenidos Blanca Ligia Muñoz Rubiano y Félix Narváez Moreno, quienes manifestaron ante los servidores del CTI durante el allanamiento haber ingerido 100 cápsulas con cocaína cada uno. Les imputaron el delito de tráfico de estupefacientes.

En el procedimiento también se incautaron de 33 cápsulas o dediles recubiertos en látex, y otra cantidad prensada producto de la expulsión de los correos humanos. En total, 782 gramos.

 

PAAM / AAEA