La Fiscalía pidió al Juzgado Octavo Especializado de Bogotá que condene a 11 integrantes de una banda dedicada al hurto de vehículos de alta gama y al paseo millonario que están acusados por los delitos de secuestro simple, hurto calificado y porte ilegal de armas de uso personal.

Los acusados son Javier Ignacio González Dolcel, Miller Cruz Calderón, Jorge Alfonso López Zárate, Juan Carlos David Berrío, Roberto Carlos Camargo Navarro, Jeisson Ricardo Pastrana Olarte, Ricardo Orjuela Torres, los hermanos Julio Mariano y Domingo Rosario Pelayo Reyes, como Steven Tavera Prieto y Sergio Andrés Clavijo Mora.

En la solicitud realizada durante la audiencia de alegatos finales, el fiscal dijo que el grupo, denominado La Banda de Tatú, se hacía pasar como si miembros de la policía de carreteras para robarse los carros a la vez que retenían a los conductores durante unas dos horas mientras les robaban sus objetos y dinero.

Durante su intervención, el fiscal del caso dijo que “nos encontramos ante la prueba concreta no solo con las denuncias, no solo con las interceptaciones y el análisis de ellas sino, además,  con los testimonios que llegaron, incluido el de un particular, que sin haber sido sujeto de hurto sí vio desde cómo habían procedido para despojar a alguien de su vehículo”.

Parte del análisis de las interceptaciones a los miembros de la organización criminal fue determinar el modo de operación de cada uno de los acusados. Así se  logró saber que en el automotor robado obligaban a los propietarios a permanecer con ellos más de dos horas para que les suministraran las claves de sus cuentas bancarias.

Asimismo, se determinó que los hermanos Julio Mariano y Domingo Rosario Pelayo Reyes conducían taxis y eran quienes escoltaban los vehículos robados mientras sus cómplices acudían a los cajeros automáticos para hurtar el dinero de sus víctimas.

Por su parte, Steven Tavera Prieto movia los vehículos hurtados mientras que el jefe de la banda, Alexánder González Doncel, alias Tatú (condenado en otro proceso a 39 años de prisión) acompañado siempre por Jeisson Ricardo Pastrana intimidaba a las víctimas Olarte.

Ricardo Orjuela Torres y Roberto Carlos Camargo Navarro eran los encargados de vender los vehículos robados. Miller Cruz Calderón, Jorge Alfonso López Zárate, Juan Carlos David Berrio, quienes trabajan como vigilantes en un conjunto residencial de un reconocido barrio del occidente de Bogotá, permitían guardar en este lugar los carros hasta que los mismos fueran vendidos una vez les cambiaran las platas.