Siete familias recibieron apoyo sicológico, sicosocial y jurídico por parte de la Fiscalía General de la Nación, con apoyo de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, con el fin de que se prepararan para recibir los restos de sus familiares, quienes fueron víctimas del conflicto interno armado.
Médicos forenses, sicólogos, trabajadores sociales, odontólogas forenses, entre otros, hicieron parte del equipo interinstitucional de apoyo, que trabajaron durante dos días con los 30 familiares de las víctimas, cuyos cuerpos fueron exhumados entre los años 2014 y 2015 en Arauca, Tolima y Meta. Los homicidios fueron cometidos por los actores del conflicto armado en el país.
Diecisiete años después, la familia de Víctor Manuel Anzola Sutaneme, de 36 años, recibió sus restos. Fue asesinado mientras estaba trabajando en una finca en la vereda Pueblo Nuevo de Tame (Arauca).
A Isidora Gordillo la vieron por última vez el 4 de febrero de 2004, cuando tenía 28 años. Su padre, quien quería evitar que reclutaran a la menor de sus hijas, de 16 años, la envió al municipio del Líbano (Tolima) para que estuviera segura.
A su regreso 3 hombres pertenecientes al ERP, lo esperaban y para vengarse se llevaron a Isidora Gordillo a la fuerza. No sabrían de ella sino hasta el 28 de octubre de ese mismo año cuando durante un paro armado murió.
Tito Guarnizo Sierra tenía 21 años cuando desapareció. La víctima había terminado el su servicio militar en el municipio de Chaparral (Tolima) y viajo hasta Puerto Gaitán (Meta) por un trabajo que le habían ofrecido. El cuerpo fue entregado a su madre por un hombre que no se identificó a la madrugada en una funeraria en Girardot (Cundinamarca).
A José Hoover Ortiz Robayo, de 35 años, lo inhumaron en el municipio de San Luis (Tolima) luego de que lo asesinaran en una finca de la zona donde trabajaba como jornalero. La comunidad reunió dinero para su sepultura el 21 de febrero de 2002.
La madre de Hernán Fredy Casas Peralta sabía que su hijo iría a ver una finca en la vereda Los Naranjos, en jurisdicción de Ortega (Tolima), pero después de dos semanas su hijo no regreso. En su búsqueda, una mujer le informó de un posible conflicto en la zona donde Casas Peralta habría sido asesinado. Su cuerpo fue exhumado del cementerio municipal de Ortega.
Entre las víctimas figuran también Solayi Ladino Paque, de 27 años, quien viajaba a ver al padre de su hijo en Puerto Rico (Meta). Tras información de un postulado a Justicia y Paz, el grupo de criminalística exhumó el cuerpo.
Los restos de una última víctima, Jose Jimmy Perdomo Mayorga, fueron exhumados en el cementerio local del municipio de Mapiripan (Meta).
La diligencia judicial se adelantó en el Bunker de la Fiscalía Seccional Tolima a través del Grupo de Exhumaciones de la Dirección de Fiscalía Nacional Especializada de Justicia Transicional.
CRV / AAEA