Aún queda en Colombia mucho trabajo por hacer en contra de la violencia por causas de género, aseguró la coordinadora del Programa Regional para Latinoamérica y el Caribe de la Comisión Internacional de Derechos Humanos de Gays y Lesbianas, María Mercedes Gómez.
Durante el seminario internacional, Aproximación a los Métodos de Investigación de Delitos Contra Personas LGTBI, que organizó la Fiscalía General de la Nación en Bogotá, Gómez afirmó que no solo en Colombia sino en el continente se tiene gran cantidad de prejuicios por la orientación sexual de los ciudadanos.
Además, advirtió que la tarea que tienen los gobiernos es la de transformar el prejuicio en conocimiento, desmontar los estereotipos negativos y actuar en derecho y no desde el “sentido común”.
Se sufren muchas clases de violencia, ya sea verbal o física, y las derivadas de la humillación o de la invisibilidad. Estas últimas generan dos tipos de agresión, la jerárquica y la excluyente.
La primera, anotó, es la que se ejerce para recordar al otro su condición de subordinación o inferioridad, para dar una lección sobre el lugar que este otro debe ocupar. “La violencia excluyente, por su parte, es aquélla que se ejerce para liquidar lo que el otro representa, para hacerle desaparecer”, dijo Gómez.
Recomendó que Colombia debe documentar y hacer diagnósticos sobre el tema, tratar el estatus del Estado y sus funcionarios frente a este tipo de violencias, fortalecer la legislación, educación y modelos culturales de los derechos humanos de la comunidad LGTBI y generar más compromisos internacionales.
CMR / AAEA