La Fiscalía demostró la complicidad de Jorge Antonio Morales Ramírez en el delito de homicidio agravado y el Juez Primero Promiscuo del Circuito de Belén de Umbría (Risaralda) le impuso 17 años y dos meses de prisión.
Los hechos ocurrieron el 15 de febrero del 2007, cuando a orillas del río Guática, entre Anserma (Caldas) y el citado municipio risaraldense, las autoridades hallaron los cuerpos incinerados de María del Carmen Arango, 32 años, y de su hija María Camila Díaz, de 5 años.
Se determinó, mediante pruebas recopiladas, que Morales Ramírez, quien se desempeñabba como sepulturero, ayudó a José Francey Díaz Toro, por entonces párroco de Mistrató (Risaralda), a ultimar a María del Carmen y a su hija con arma contundente, luego las envolvieron en bolsas y posteriormente las incineraron en la ribera del Guática.
Por esos hechos, el ex párroco Díaz Toro purga 23 años en la Cárcel de Varones La Blanca de Manizales, donde también está recluido Morales Ramírez, mientras sigue la investigación en su contra por el crimen de la menor.