La Fiscalía General profirió resolución de acusación en contra 48 personas, entre ellas el ex asesor presidencial peruano Vladimiro Montesinos Torres, los miembros de la cúpula de las Farc, comandantes de frentes de esa guerrilla, y peruanos, rusos, y libaneses, por el tráfico de diez mil fusiles AKM-47 adquiridos en Jordania, que fueron lanzados en paracaídas sobre las selvas colombianas para ese grupo insurgente.

La decisión judicial fue adoptada por un fiscal de la Unidad Nacional Antiterrorismo, quien acopió pruebas testimoniales, técnicas y periciales para acusar a Montesinos Torres como presunto responsable de concierto para delinquir y tráfico de armas de uso privativo de las Fuerzas Armadas.

Por esos delitos también están acusados Pedro Antonio Marín, alias ‘Manuel Marulanda Vélez’; Luis Edgar Devia Silva, Guillermo León Sáenz Vargas, Luciano Marín, Tomás Medina Caracas, entre otros subversivos. Igualmente, serán enjuiciados Sarkis Sorghan Norian, Charles Acelor Cokeran, Víctor Ivaniche, Luis Frank Aybar Cancho, José Luis Aybar Cancho, Manuel López Rodríguez, Santos Cenepo, Gregorio Quino, y Alejandro Delmar Colina.

Así mismo, por el delito de tráfico de armas de uso privativo de las Fuerzas Armadas están acusados Dimitri Nafikov, Ernest Sevostianov, Iouri Kaian, Borys Tymofeyep, Vyacheskav Zaryrdayev, Yevgen Napochatov, y Anatoli Galushko, entre otros ciudadanos rusos.

De acuerdo con la investigación, los procesados integraban una organización dedicada al tráfico internacional de armas y entre marzo de 1999 y agosto de ese año, coordinaron cuatro vuelos para efectuar el lanzamiento de las armas en zona de Barrancominas (Vichada).

Según lo establecido en 1988, José y Luis Frank Aybar Cancho por indicaciones, presuntamente, de Montesinos contactaron por medio del narcotraficante brasileño Fernando Da Costa, alias ‘Fernandinho’, a Medina Caracas, alias ‘El Negro Acacio’, jefe del frente 16 de las Farc, con quien pactaron la compra de los fusiles.

Acelor Cokeran, franco-americano, permitió el contracto de los Aybar con el libanés Sarkis Shoganalian, quien se ofreció para conseguir las armas del Gobierno jordano. Luego José Aybar Cancho y Santos Cenepa se hicieron pasar ante las autoridades jornadas como oficiales activos del Ejército peruano para suscribir la transacción destinada, supuestamente, a proveer con ese material bélico a las fuerzas militares del Perú.