Una juez especializada de Cundinamarca condenó a 40 años de prisión a Luis Carlos Nivia Castro, quien fue hallado responsable del delito de desaparición forzada agravada.
En la decisión de la juez, el sentenciado fue conminado al pago de una multa de 2666 salarios mínimos mensuales legales vigentes.
En desarrollo de una audiencia de lectura de fallo, la juez indicó que el procesado desapareció a una menor de 16 años, quien según la investigación había salido de su hogar por rebeldía y problemas familiares, debido a su poco interés por el estudio y su afición por el bicicrós.
A diario la menor permanecía con un grupo de jóvenes que practicaban ese deporte en el municipio de La Mesa (Cundinamarca), pero como carecía de una bicicleta apropiada para entrenar, la joven conoció a Nivia Castro, un hombre de 40 años, quien le permitió vivir en su finca y le prometió la compra de la bicicleta.
Tras varias semanas de convivencia, el sentenciado le regaló lo prometido, un computador y un teléfono celular, obsequios con los cuales se ganó el cariño de la menor, quien durante algunos días accedió a tener relaciones sexuales con su protector.
Pese a esa situación, la menor, quien ya tenía un cuarto y sus pertenencias en la finca, estrechó más los lazos de amistad con el grupo de jóvenes que practicaban el BMX, motivo por el cual se ausentaba todo el día, llegando a altas horas de la noche al lado de Nivia Castro.
La actuación de la menor, sus largas ausencias y su pasión solo por montar bicicleta, llevaron a Nivia Castro a realizarle reclamos y censuras, las cuales no soportó la jovencita, quien abandonó el lugar para trasladarse a vivir con una compañera.
Ante la ausencia de la menor, quien había dejado la bicicleta y el computador en la finca Bella Sofia, zona rural del municipio de La Mesa; Nivia Castro la llamó el 28 de febrero de 2012, la invitó a cenar y a recoger la bicicleta y otros elementos que había dejado.
En horas de la tarde ese mismo día, la joven se dirigió a la finca, lugar desde el cual llamó a su amiga de dormitorio y le comentó que ya había llegado para recoger su bicicleta y otras cosas.
Después de varios días de no saber de su paradero, su compañera de habitación alertó a la madre de la menor, junto con la cual se desplazaron hasta la finca, donde notaron que el sentenciado mentía sobre el paradero de la joven.
En una visita a las instalaciones de la finca, el CTI de la Fiscalía General de la Nación realizó una inspección que permitió el hallazgo de sangre, una uña y cabello de la menor desaparecida.
Cerca de un desagüe, dentro de la finca, el CTI descubrió remoción de tierra y algunas partículas de ceniza, pero no hallo rastros de la menor.
Entre tanto, en un rastrojo, fue hallada la bicicleta envuelta en una bolsa negra, desvirtuando la versión que en un principio dio a conocer el sentenciado, quien dijo al CTI que ella había salido de allí con sus pertenencias.
Pese a las pesquisas, la búsqueda y la investigación, la menor no ha sido ubicada, pues el sentenciado a quien la menor visitó, niega saber qué pasó con la joven de 16 años.
ANM/DLBM