La presunción de inocencia es un derecho fundamental que busca asegurar que los procesos penales se desarrollen de manera justa y equitativa, evitando condenas arbitrarias.

Cualquier persona señalada de cometer un delito se presume que es inocente, mientras no se demuestre lo contrario, de manera fehaciente y mediante un juicio.

De acuerdo con pronunciamientos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, es una garantía en beneficio del posible responsable de un ilícito, que obliga a la autoridad judicial a obtener las pruebas suficientes para acreditar su culpabilidad en los hechos que se le atribuyen.

Mientras una persona no sea condenada, las referencias hacia ella deben ser mediante un lenguaje de probabilidad, nunca con señalamientos directos o acusaciones que vulneren su presunción de inocencia.