La imputación, dentro de un proceso judicial, es una actuación que está exclusivamente a cargo de la Fiscalía General de la Nación.
De acuerdo con el Código de Procedimiento Penal colombiano, es el acto jurídico en el que se le atribuye a una persona la presunta comisión de un delito.
Es decir, en ese momento se vincula a un ciudadano a un proceso penal, y pasa de ser indiciado a convertirse formalmente en investigado.
La Fiscalía formula la imputación, a través de uno de sus delegados, en una audiencia pública dirigida por un juez de control de garantías. Durante la diligencia le comunica de manera clara y precisa al investigado los hechos y el delito que se le atribuyen.
Aquí el ciudadano, asistido por su abogado, podrá decidir si acepta o no los cargos o señalamientos en su contra.
La imputación no implica una declaración de culpabilidad definitiva, simplemente es el inicio del proceso penal. Si la persona acepta los delitos que le presenta la Fiscalía, se somete a sentencia condenatoria de manera anticipada. Si los rechaza, posteriormente será acusado y deberá enfrentar un juicio oral para controvertir las pruebas en su contra.