Cuando una persona es descubierta cometiendo un delito en el momento o poco después de ocurrir, puede ser capturada en situación flagrancia. Esto permite que las autoridades intervengan rápidamente y el proceso penal avance con mayor agilidad.
Se entiende como flagrancia cuando una persona es descubierta en el momento en que está cometiendo un delito o inmediatamente después de hacerlo.
Esto permite a las autoridades capturar al instante, sin que medie orden de un juez de control de garantías.
Si una persona es sorprendida mientras hurta artículos en una tienda, puede ser capturada en flagrancia.
O, si comete el hurto, escapa del lugar y es alcanzada minutos después por unidades de la Policía Nacional con los elementos que tomó de manera ilegal o con el arma que utilizó para amedrentar a las víctimas, también puede ser capturado en flagrancia.
De igual manera procede cuando un ciudadano es encontrado con evidencia reciente de un delito: rastros o huellas que permitan concluir que cometió una conducta delictiva.
La flagrancia permite la custodia inmediata de las pruebas y agiliza la judicialización del ciudadano implicado en el delito.
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