La conciliación es un mecanismo alternativo que permite a las personas resolver conflictos con la ayuda de un tercero neutral, llamado conciliador. Este proceso promueve el diálogo y la búsqueda de acuerdos sin necesidad de acudir a un juez. En materia penal, el acuerdo recae sobre la reparación del daño y la infracción cometida.

La conciliación tiene muchos beneficios: evita el escalamiento del conflicto, impide el desgaste del aparato judicial, y fortalece la autonomía y solidaridad entre las partes.

A través de la conciliación en el ámbito penal se pueden resolver casos de lesiones leves, producto de accidentes de tránsito, problemas entre vecinos o riñas; hurtos y estafas de menor cuantía; publicaciones y declaraciones injuriosas o calumniosas; entre otros delitos que regula la ley.

Sin embargo, la conciliación no aplica para delitos graves, violencia intrafamiliar o sexual, y todos aquellos hechos delictivos que no admiten renuncia por la víctima.

La conciliación es una opción rápida, accesible y efectiva para resolver tus diferencias