Es un acto formal de la Fiscalía en el cual le informa a una persona por qué delitos puede ser juzgado ante un juez de conocimiento.
En la acusación se tienen suficientes evidencias para considerar al imputado como posible responsable de un hecho punible.
El fiscal del caso presenta un relato de los hechos, los delitos presuntamente cometidos y da a conocer los elementos materiales probatorios, ya sean testimoniales o técnicos que sustentan la argumentación del ente acusador.
Es importante aclarar que la Fiscalía solamente acusa formalmente si tiene las pruebas para demostrar que la persona cometió un delito.
Durante la acusación el procesado puede aceptar su responsabilidad en los delitos imputados y recibir una rebaja en la pena.
O puede decidir ir a juicio y allí controvertir las pruebas de la Fiscalía para demostrar su inocencia.
Es importante mencionar que acusar no implica que la persona es culpable.
El juez competente evalúa las pruebas presentadas y determina si hay méritos suficientes para ir a juicio.