Fuente: Los Irreverentes

A pesar de las feroces críticas que le hacen y los ataques de que ha sido víctima, el fiscal Francisco Barbosa ha cumplido con su deber y con el compromiso que adquirió con la ciudadanía cuando fue designado por la corte suprema.

En aquel momento, aseguró que llegaría a la Fiscalía con una sola agenda: perseguir a los delincuentes y llevarlos ante los jueces de la República.

Se creía que casos de relevancia nacional continuarían durmiendo el sueño de los Justos, como el de Odebrecht. Pero los hechos demuestran que el fiscal general no está dispuesto, ni mucho menos, a permitir que ese entramado de corrupción quede impune.

La inminente imputación por lavado de activos que en los próximos días se le hará al compinche y testaferro de Juan Manuel Santos, el delincuente confeso Roberto Prieto -y a 11 personas más- es muestra suficiente de que la justicia se ha despertado y que las personas involucradas tendrán que ponerle la cara a la administración de justicia.

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