Fuente: Revista Semana
Cuatro integrantes de una misma familia eran los cabecillas de un grupo criminal que en Bogotá y varios municipios de Cundinamarca, ubicaban mujeres y les ofrecían oportunidades de trabajo que terminaban en una red de explotación sexual, bajo la amenaza o la intimidación. Las víctimas relataron a la Fiscalía la tragedia que padecieron.
La Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos y la Seccional Cundinamarca, impactaron a esta organización criminal. Los cabecillas fueron capturados y su empresa delictiva quedó al descubierto. Las víctimas hablaron y entregaron detalles de su experiencia con la familia, responsables de explotar sexualmente de ellas.
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