Fuente: Semana Sostenible
En los últimos 30 años, Colombia ha perdido más de 6,7 millones hectáreas de bosque, una porción similar al tamaño de todo el departamento de Antioquia. Esto indica una hecatombe ecosistémica y biodiversa que va mucho más allá de la desaparición de la cobertura vegetal.
Una sola hectárea de bosque natural puede albergar hasta 600 especies diferentes de árboles y si a esto se le suma cada árbol tiene como mínimo 50 relaciones ecológicas con insectos, aves, mamíferos, microorganismos, suelo y agua, todas rotas por la deforestación, el panorma es aún más desolador.
Para contrarrestar este flagelo la Fiscalía General de la Nación, junto a las Fuerzas Militares, vienen adelantando varias acciones tendientes a terminar con esa “bomba de tiempo”, como lo ha catalogado la propia Fiscalía, institución que entendió que para atender y combatir los delitos ambientales era indispensable hacer presencia en las zonas con mayor afectación como, por ejemplo, Caquetá, Meta y Guaviare en donde anteriormente se podían observar zonas repletas de árboles y hoy en día son regiones áridas.
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