A pesar de las dificultades por la posición geográfica para desarrollar las labores investigativas, el ente acusador esclareció el crimen.
El Juzgado Primero Promiscuo del Circuito de Leticia (Amazonas) acogió la petición de la Fiscalía General de la Nación y condenó a 32 años y 5 meses de prisión a Mario Boada Páez y Daniel Yucuna Matapi, por el crimen del médico Jairo Alonso Villamil Castellanos.
En consecuencia, fueron hallados responsables penalmente por el delito de homicidio agravado.
Las pruebas determinaron la participaron de estas personas en los hechos ocurridos en la noche del 19 de febrero de 2006, muy cerca a la población de la comunidad indígena Yucuna Matapi en Mirití (Amazonas), donde fue asesinado el médico Villamil Castellanos con un golpe en la cabeza.
Las evidencias recaudadas por los investigadores de la policía judicial adscritos a la Seccional de Fiscalías de Cundinamarca advirtieron que la herida mortal fue producida por un objeto delgado y metálico.
La noche de su muerte, el profesional de la salud navegaba por el río Mirití-Paraná, acompañado del enfermero y conductor de la lancha Yacuna Matapi, Boada Páez que supuestamente estaba enfermo, otra persona nativa que requería atención de urgencias en un centro hospitalario y un familiar de esta última.
“Desde un principio, los hoy sentenciados, al ser indagados por estos hechos, entraron en una serie de contradicciones que la Fiscalía determinó investigar”, sostuvo el delegado del ente acusador.
Se estableció entonces que las heridas ocasionadas a la víctima no coincidían con el relato de los procesados, según el cual, se trató de un desafortunado accidente por el impacto de una rama que colgaba de un árbol, mientras navegaban en medio de la noche por el río.
De esta manera, los sentenciados bajo juramento, y en versiones dadas a los medios de comunicación, insistían en que todo fue producto de un golpe con la rama de un árbol.
Sin embargo, los investigadores adscritos al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses realizaron un trabajo minucioso en el cuerpo de la víctima. En él, no encontraron partículas vegetales, rasgos, señales o evidencias físicas de un accidente provocado por objeto de origen vegetal.
Del mismo modo, testimonios allegados al proceso permitieron advertir que los móviles del crimen estuvieron relacionados con el hurto de una suma de dinero cercana a un millón y medio de pesos.
Tras la contundencia del material probatorio tanto Boada Páez y Daniel Yucuna Matapi deberán purgar la pena en un centro carcelario que determine el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).
La Fiscalía General de la Nación habla con resultados.
CMR/ OTL/ DLBM/ MRC.
La información contenida en este boletín de prensa corresponde a la narración de los hechos noticiosos objetivos, suministrados por los funcionarios encargados de adelantar las investigaciones penales al interior de la Fiscalía General de la Nación. Para el momento de la divulgación de este comunicado, la situación jurídica de la(s) persona(s) relacionada(s) se encuentra pendiente de resolver por la autoridad judicial competente, siempre bajo los preceptos de la presunción de inocencia, consagrados en el artículo 29 de la Constitución Política y el artículo 7º de la Ley 906 de 2004.