Detrás de cada clic podría esconderse un contacto desconocido, un enlace fraudulento o una red de acoso que opera de forma silenciosa. Por eso, más allá de limitar el tiempo frente a las pantallas, el control parental es una herramienta esencial para detectar comportamientos sospechosos y prevenir delitos informáticos que afectan a niños, niñas y adolescentes. Aquí te contamos más detalles.

En internet, los menores de edad acceden a infinidad de aplicaciones, juegos y redes sociales. ¡Cuidado! No todo lo que hay en línea es seguro.

Para evitar riesgos existe una aplicación en los dispositivos llamado control parental.

Esta herramienta ayuda a los padres a proteger a sus hijos de contenidos inapropiados y contactos desconocidos para que no sean víctimas de delitos informáticos.

La aplicación limita el tiempo frente a las pantallas, bloquea sitios peligrosos y y alerta sobre descargas o interacciones sospechosas.

Los padres, desde sus propios dispositivos, pueden activar el control parental para monitorear el uso que los menores de edad hacen de internet y de las aplicaciones a su disposición, aprobar descargas y recibir reportes cuando algo no es seguro.

Recuerda, el control parental no reemplaza el diálogo entre padres e hijos ni la orientación que los niños niñas y adolescentes deben recibir.

La clave para un manejo seguro del mundo digital es el acompañamiento familiar y la educación sobre las nuevas tecnologías y sus posibles riesgos.

Fomentar buenos hábitos digitales desde casa ayuda a prevenir el acoso en línea, el fraude y otras conductas ilícitas por medios informáticos que asechan a los menores de edad.