Adquirir un equipo hurtado es receptación, una conducta que, según el artículo 447 del Código Penal, contempla una pena de 6 a 13 años de prisión y una multa de 7 a 700 salarios mínimos legales mensuales vigentes.

Las consecuencias no terminan ahí…

El celular que compraste puede ser bloqueado a través del número IMEI, que es la identificación única de cada equipo.

Una vez es reportado como hurtado, las empresas operadoras de telefonía móvil lo bloquean y este dejará de funcionar para hacer llamadas o conectarse a la red.

Además, las autoridades pueden incautar el dispositivo móvil si detectan que su origen es un hurto. Aquí el equipo pierde todo su valor; y, además de arriesgar el dinero que invertiste en su adquisición, te arriesgas a una investigación penal.

Recuerda: ningún precio justifica exponer tu libertad. Antes de comprar, exige la factura, verifica el IMEI en la página oficial de la Policía Nacional y de los operadores móviles, y asegúrate de que el celular no esté reportado.