El trabajo articulado entre la Fiscalía General de la Nación, Migración Colombia y Homeland Security Investigation de la Embajada Americana permitió desarticular una organización criminal transnacional, dedicada a la trata de personas con fines de explotación sexual.
En operativos simultáneos en Colombia y República Dominicana fueron rescatadas 14 mujeres colombianas y una venezolana, con edades entre 19 y 27 años y que presuntamente estarían siendo explotadas sexualmente, por lo que se encuentran bajo el cuidado y protección del Ministerio Público en Santo Domingo.
En la diligencia también fueron capturados tres hombres y una mujer por los delitos de trata de personas transnacional y concierto para delinquir.
En Medellín (Antioquia), miembros del CTI capturaron a Julián Andrés Sánchez Carvajal, alias Baby, colombiano y encargado supuestamente de reclutar a las víctimas para luego trasladarlas desde Colombia hacia República Dominicana.
Asimismo, hasta la capital dominicana se desplazaron miembros de la Policía Judicial de Migración Colombia y representantes de Homeland Security Investigation de la Embajada Americana, logrando la captura de Rafael Elias Alcantara, alias Rafa o Don Rafa, supuesto cabecilla de la organización y con ciudadanía norteamericana. El hombre sería el propietario del centro nocturno Doll House donde eran prostituidas las víctimas.
También fueron aprehendidos los ciudadanos dominicanos Santos Rodríguez, administrador de Doll House; Laura Bautista, secretaria y encargada de la parte documental, contable y financiera del mismo lugar.
Estos resultados se dan gracias al aviso de los ciudadanos, lo cual permitió iniciar la investigación en agosto de 2014, cuando se pudo determinar que las mujeres salían del país bajo engaños, ya que les decían que iban a trabajar en restaurantes aparentemente por tres meses, pero cuando llegaban al lugar la realidad era diferente y las explotaban sexualmente.
Después de meses de investigación se logró establecer la presunta participación de alias el Baby, pues al parecer era quien se encargaba de ubicar mujeres entre los 18 y los 25 años de edad, para tramitarles la visa y tiquetes aéreos con destino a República Dominicana, dinero que luego tenía que ser pagado por las víctimas con su trabajo.
También se conoció que las jóvenes firmaban un contrato de aceptación, como un convenio de trabajo con la compañía Doll House S.A. El documento era autenticado en una notaría de Medellín, pero solo era firmado por las jóvenes que no conocían las clausulas en realidad, ya que solo firmaban la última hoja.
La captura del colombiano se legalizó ante un juez de control de garantías en la ciudad de Medellín, donde la Fiscalía le imputó los delitos de trata de personas y concierto para delinquir.
MRB/DLBM