Un juez penal municipal de Bogotá con función de control de garantías cobijó con medida de aseguramiento en establecimiento carcelario a Ingrid Johana Carvajalino Barbosa, quien se hizo pasar como oficial del Ejército Nacional durante 9 años.

En desarrollo de una audiencia de garantías, el juez considero que la imputada representa un peligro para la comunidad.

La fiscal del caso aseguró que la mujer, desde el año 2006 hasta el 2015, utilizó prendas de uso exclusivo del Ejército Nacional con el propósito de engañar a soldados, suboficiales y oficiales de esa entidad.

Para lograr el engaño de sus víctimas utilizaba el uniforme militar, argumentando para cada caso que pertenecía a guarniciones militares como Tolemaida, Batallones de Alta Montaña e inclusive al Ministerio de Defensa.

Fungiendo como subteniente, luego como teniente, después como capitán y por último como mayor del Ejército colombiano, la imputada decía ser Contadora y Abogada egresada de la Universidad Militar, sumando a su currículum el de fiscal de contratación del Ejército Nacional.

Asimismo, para desarrollar bien su papel utilizaba siempre el camuflado y debido a su simpatía con los oficiales de las distintas guarniciones, logró ingresar a varias instalaciones, donde se aprovechaba de su rango para engañar a los oficiales con falsos planes de vivienda militar, vivienda de interés social, traslados a otras guarniciones, viajes al exterior y cursos de capacitación en el extranjero.

La investigación permitió establecer que fingiendo ser oficial del Ejército, la mujer logró realizar por lo menos 635 consignaciones en distintas entidades bancarias, en las cuales se depositaban sumas entre los 2 y 40 millones de pesos.

Se conoció que la falsa oficial en cada año realizaba por lo menos 70 consignaciones del dinero que recibía de sus víctimas.

Alias la Mata Hari, como fue considerada, gracias a su actuación fraudulenta, logró obtener de sus víctimas una cifra cercana a los 500 millones de pesos.

Además se determinó que en cada época de ascensos, la imputada  adelantaba reuniones con conocidos y amigos de la institución militar donde ella también  demostraba  que había sido ascendida, tal como ocurrió con el ascenso que obtuvo del grado de capitán a mayor, realizando una fiesta 8 días antes de su captura.

Una de las estrategias que utilizaba a menudo era la de enamorar a sus víctimas, a fin de entrar en confianza con ellos y luego ganarse la simpatía de su núcleo familiar, y así lograr el engaño de cada uno de ellos, como ocurrió en varias ocasiones

En desarrollo de la audiencia la fiscal del caso le imputó los delitos de estafa,  estafa agravada, abuso de confianza, utilización ilegal de uniformes e insignias, usurpación de funciones públicas y amenazas personales. Alias la Mata Hari aceptó cargos por estafa agravada, estafa como delito masa y utilización  ilegal de uniformes e insignias.

La mujer fue capturada por investigadores del CTI y del Ejército, cuando  tramitaba el cambio de dos de las líneas telefónicas que utilizaba para realizar sus acciones ilegales.

Al final de la audiencia, la imputada fue enviada a la cárcel Nacional del Buen Pastor.

 

ANM/DLBM