Tres de los implicados en el homicidio y desaparición  de José Ignacio Bacca Gutiérrez y su esposa Lolia Edilma Andrade Suárez, ocurrido en febrero de 2009, aceptaron su participación en los hechos y fueron condenados, mediante preacuerdos, a penas entre 8 y 24 años de prisión.

Se trata de Germán Mosquera Duque, condenado a 20 años de prisión, quien fue el encargado de conducir a la pareja hasta el lugar donde se les daría muerte bajo las órdenes de Luis Carlos Andrade, sobrino de una de las víctimas.

Una vez ejecutado el doble homicidio, Mosquera Duque pagó una parte del precio convenido con los autores materiales y, mantuvo al tanto de lo que ocurría a Andrade.

Lerney Rojas Valencia fue uno de sujetos que bajo promesa de obtener remuneración económica obligó a los esposos a entregar las claves de sus cuentas bancarias y varios títulos valores. Luego, tras haberlos separado, los asesinaron con armas cortotupunzantes para posteriormente llevarlos a zona rural cercana a Pasto, donde los abandonaron. Por esta conducta Rojas Valencia fue condenado a 24 años de prisión.

Por otra parte, Cirilo Cagua Cortez, uno de los principales colaboradores en este caso, recibió una condena de ocho años por su participación como coautor de homicidio.

Según el fallo, el acusado recibió esta pena “como contra prestación por la aceptación de los cargos (…) atendiendo las condiciones personales, sociales y de todo orden del mismo y su voluntad de colaborar efectivamente con la investigación, y los esfuerzos para compensar a las víctimas en el sentido de entregar la ubicación donde reposan los restos de sus seres queridos”.

El 19 de febrero de 2009, de acuerdo con los relatos de familiares, José Ignacio Bacca Gutiérrez y su esposa Lolia Edilma Andrade Suárez salieron  en horas de la mañana de su casa ubicada en la ciudad de Pasto con destino a Ecuador. Desde ese día nadie volvió a saber de ellos.

Una vez instaurada la denuncia, los investigadores del CTI de la Fiscalía empezaron a recibir versiones de familiares, amigos y personas cercanas a la pareja, lo que les permitió elaborar un perfil de cada uno, así como sospechar de un sobrino de la mujer desaparecida, identificado como Luis Carlos Andrade Tapia, de 23 años.

En el proceso fue ubicado un testigo presencial de los hechos quien declaró que “ese 19 de febrero Luis Carlos citó a los tíos a una reunión, so pretexto de un negocio de un inmueble, normal en lo que ellos diariamente hacían. El conductor de él los llevó en la camioneta a un condominio a las afueras de la ciudad, allí, en una casa deshabitada, los esperaban alrededor de seis sicarios quienes les hicieron firmar unos pagarés para posteriormente cobrarlos”, explicó.

La versión de este testigo permitió la captura de cinco personas, incluido Andrade Tapia, sobrino de Lolia Edilma, como autor intelectual de homicidio agravado.

En este momento la Fiscalía adelanta las labores para dar con la ubicación de los cadáveres, teniendo en cuenta que habrían sido arrojados a una zona de difícil acceso.