Conmovedoras historias de familiares de víctimas de grupos alzados en armas, son las que se escuchan durante las ceremonias de entregas de restos realizadas en todo el país y en las que la Fiscalía, a través de la Dirección de Justicia Transicional, ha logrado desde el año 2007 (fecha en la que se creó el Grupo de Exhumaciones) hasta septiembre de este año, entregar los restos de 2653 víctimas.
Esta vez en Apartadó, subregión de Urabá en el departamento de Antioquia, una de las zonas más afectadas por el conflicto armado, se reunirán 10 familias para recibir mañana los restos de sus seres queridos asesinados por paramilitares de la Casa Castaño, del Bloque Elmer Cárdenas, Bloque Catatumbo, Bloque Bananeros, Bloque Héroes de Tolova, Bloque Mineros y de la guerrilla de las FARC.
En ceremonias como esta que se realizan semanalmente participan además de la Fiscalía, miembros de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y de La Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas del Gobierno Nacional (UARIV), quienes brindan a los familiares de las víctimas acompañamiento psicosocial, jurídico, administrativo y a la diligencia de inhumación para despedir a sus seres queridos.
La hermana de una de las víctimas que será entregada en Apartadó relató el momento por el que ella y sus familiares tuvieron que pasar en noviembre de 1997, cuando su hermano de 17 años fue asesinado por miembros de las Autodefensas en el municipio de Dabeiba (Antioquia): “Llegaron a la vereda La Balsita en donde él vivía, lo acribillaron y quemaron la casa. Ese mismo día asesinaron a un primo”.
Otros testimonios cuentan la forma en que tuvieron que velar y enterrar a sus familiares como es el caso de otro joven de 19 años, asesinado en el municipio de Necoclí (Antioquia) en 1995: “Un grupo de paramilitares al mando de los hermanos Castaño Gil lo asesinaron en la casa, allá fue velado y luego llevamos el cuerpo al cementerio de la vereda”, cuenta la tía del joven fallecido.
Por su parte, la esposa de un hombre que al momento de su muerte tenía 33 años, cuenta como junto a sus seis hijos menores de edad tuvo que ver morir a su cónyuge: “Un grupo armado de las Autodefensas llegó hasta mi casa, tumbaron la puerta, lo encañonaron y lo torturaron. Le propinaron un disparo a la altura del pulmón y varios en el cráneo. Velamos su cuerpo en la casa y lo inhumamos en un cementerio cercano”.
Entre las víctimas que serán entregadas este 21 de octubre a las 9 de la mañana en la sede de la Corporación Autónoma de Úraba (Corpourabá), ubicada en el barrio Los Manzanares, está un menor de 16 años. Su madre recuerda con dolor el día que vio por última vez a su hijo en noviembre de 1996: “Llegaron a la casa dos hombres, lo amarraron y se lo llevaron. Lo desaparecieron, pero una comisión del grupo de exhumaciones de Medellín recuperó varios cuerpos en junio del 2012, entre ellos el de mi hijo”.
Los restos de este grupo de víctimas fueron recuperados gracias a información suministrada al CTI por los mismos familiares. Las diligencias de exhumación se realizaron en fosas ubicadas en fincas o cementerios de Necoclí, Dabeiba, Ituango y Carepa (Antioquia), Unguía (Chocó) y Tierralta (Córdoba) entre los años 2009 y 2012.
Otras cifras entregadas por el Grupo de Exhumaciones de la Fiscalía reportan desde 2007 hasta septiembre de este año, 4406 fosas encontradas y 5655 cuerpos exhumados en todo el país.
LCRA/DLBM