El Fiscal General de la Nación, Eduardo Montealegre Lynett, participó en el foro El Futuro de las cárceles: reforma penitenciaria y sistema penal colombiano, realizado en el auditorio de la Universidad Libre, sede de la Candelaria.

Durante su intervención el fiscal Montealegre dijo que comparte los lineamientos generales de la propuesta de reforma al código penitenciario planteada por el Gobierno nacional, pero que sin embargo dicha reforma no va a solucionar el problema penitenciario ni la grave crisis por la que atraviesa el sistema penal actualmente en Colombia.

“Si queremos avanzar en una estructura penitenciaria que dignifique al hombre y que realmente cumpla con los fines de la pena consagrados en la Convención Americana de Derechos Humanos, Colombia tiene que avanzar a una reforma integral de su política criminal. Si bien es cierto que hay un avance con las modificaciones al código penitenciario, debemos pensar en construir una política criminal absolutamente coherente y por ello no nos podemos limitar a mirar el problema sobre el tema de la sobrepoblación carcelaria, el hacinamiento carcelario y los problemas de salud que tienen los reclusos del país”, agregó el Fiscal General.

Asimismo, hizo énfasis en la revisión crítica que se debe realizar del sistema penal colombiano para detectar las fallas estructurales de la política criminal que se ha venido ejecutando desde hace 20 años.

El alto funcionario indicó que hay tres elementos que han contribuido a la crisis del sistema penal  y que se refleja en esta crisis carcelaria: la concepción maximalista del derecho penal y la expansión del mismo, el populismo punitivo, y el retroceso en la protección de los derechos fundamentales.

El primero de estos elementos, según el Fiscal General, es el camino fácil. “En vez de entender el derecho penal como como verdaderamente el último instrumento con que cuenta el Estado para la solución de los conflictos sociales, los estados modernos han acudido a la política facilista de creer que la solución de los problemas sociales al interior de un conglomerado y de una nación es la huida hacia el derecho penal. Como no se pueden resolver los problemas sociales, como no se le puede dar una salida oportuna a las necesidades de la población, existe un facilismo de entender que la solución es la tipificación de conductas y acudir a un derecho penal máximo y a la expansión del derecho penal, como forma de la solución del conflicto”.

El segundo elemento expuesto es el de acudir al populismo punitivo, el cual refiere que se ha construido por más de 20 años una política criminal sobre esta base y sobre un derecho penal simbólico, que significa que ante la ineficiencia del Estado en la construcción de una verdadera política de lucha contra el crimen, se acude al camino fácil de una política criminal fundamentada exclusivamente en el aumento de penas.

El jefe del ente acusador manifestó que “en vez de construir verdaderas políticas sociales de reforma, estamos acudiendo a la represión penal como forma de solución de los conflictos, haciéndole creer a la ciudadanía que así se está luchando contra la criminalidad”.

Y finalmente, el tercer elemento  señalado es que Colombia está presentando serios retrocesos en la protección de los derechos fundamentales y básicamente en la concepción del derecho fundamental a la libertad.

El Fiscal General indicó que “la libertad es uno de los elementos fundantes del Estado social y democrático de derecho. Y entonces la detención preventiva que debe ser un mecanismo excepcional dentro del proceso, se ha convertido en la regla y el principio general. Construimos un sistema acusatorio sobre la base de que la detención preventiva y la privación de la libertad iba ser excepcional dentro del proceso, sin embargo cada vez más volvemos a los viejos tiempos y a las viejas épocas, que convertimos a la detención como la regla general y no como un mecanismo excepcional”.

“Creo que todavía nosotros seguimos atados a conceptos del derecho penal anclados en la retribución como hace 200 años, como hemos vuelto a las concepciones milenarias de códigos antiguos del ojo por ojo y diente por diente. Y además no hemos avanzado verdaderamente en la creación de regímenes  penitenciarios abiertos”, concluyó el funcionario.